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EDITORIAL SEMANAL DE ANTONIO CANO: «NO SE MATA LA VERDAD».

Rubén Espinosa, joven foto reportero corresponsal de la agencia noticiosa gráfica Cuartoscuro y de la revista Proceso fue el periodista #14 que asesinan en Veracruz desde el 2004. Le dijo alguna vez el vocero del gobierno de Veracruz “Considérate enemigo del pueblo”. Eso sucedió a partir de la publicación de una ya famosa portada de la revista Proceso en que Duarte gobernador de Veracruz aparece con un inquietante rostro que emana desprecio, portando una gorra policíaca. En esas fechas la gente se manifestaba en las calles de Veracruz contra las malas prácticas gubernamentales; la corrupción, la impunidad e inseguridad. El vocero le había comentado que al gobernador le enfurecía también ese otro famoso close-up de Cuartoscuro, en que a Duarte parecen brotarle los ojos como a una gárgola colérica, que aventaba el cuerpo contra las periodistas que lo inquirían y a quienes mostraba los dientes en señal de rabioso ataque.

Rubén comentó también que alguien del gobierno estatal le dijo: deja de hacer fotos si no quieres terminar como Regina (Periodista asesinada en el 2012). Una y otra vez le advirtieron que ya no debía vivir en Veracruz, que estaba en la lista negra de los enemigos. Como otros colegas, hombres y mujeres, recibió ayuda de la organización Artículo 19 para huir de Veracruz a exilarse. Emigró al Distrito Federal y junto con valientes periodistas gráficos que se unieron en el grupo FotoperiodistasMX, decidieron no darse por vencidos a pesar de las duras y reales amenazas de muerte que había recibido a lo largo de los últimos años. Allí convivía con amigas cercanas, como la activista, artista y antropóloga Nadia Vera, una joven valiente de voz sólida y mirada luminosa que confrontó al poder y las injusticias en Xalapa. Perteneciente al movimiento #YoSoy132 de Xalapa.

Este honesto periodista lograba hacer con una imagen lo que las palabras jamás hubieran logrado. Atrapaba los gestos que delatan a las personas y evidencian algo inocultable de su personalidad por más que intenten reservarlos o pretendan esconderlo. Rubén tenía fe, creía en la ética y junto con sus amigos se repetían como un mantra seguro que no se atreverían a matarlo; no después de haberlo denunciado tanto, no después de haber señalado abiertamente a su potencial asesino. <<Seguro que no te matarán>>. Pero……fue cobardemente asesinado hace cerca del mes en la Colonia Narvarte del D.F. junto con la defensora Nadia Vera y otras tres mujeres que también fueron victimadas con un arma 9mm de uso militar, con disparos limpios, firma característica de sicarios.

Este caso ha sacado a la calle a miles de personas tanto a nivel nacional como internacional quienes bajo un espíritu de repudio pleno al clima de deshumanización e impunidad total gritan: “Queremos a Duarte en la cárcel”. Éste sólo fue citado a declarar al respecto, sin alguna investigación real.

¿De verdad valdrá la pena el riesgo por develar la perversidad de indignos gobernantes en nuestro País? Los buenos periodistas y ciudadanos responden que siempre vale la pena decir la verdad, trabajar contra la ignominia, intentar construir un País en que valga la pena vivir, progresar y amar. Así pudimos escuchar la voz de Rubén y la de otras tantas y tantos defensores en una marcha solidaria, codo a codo canturreando: °No se mata la verdad matando periodistas°.