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EDITORIAL SEMANAL DE ANTONIO CANO: LA VIRTUD.

La vida se compone de una serie de lecciones que deben vivirse para ser comprendidas. Es una escuela en la que estamos para aprender y será un reflejo exacto de nuestros actos, creencias y sobre todo virtudes. Éstas son el fruto del desarrollo de nuestra inteligencia; una obra de nuestra conciencia. La fuerza que actúa no que denuncia; es exigencia cultural; una manera de ejercitar el bien y es lo mismo que gran sacrificio. En resumen es el perfeccionamiento del ser humano y una entrada al mundo sagrado, lo cual exige el sacrificio de lo profano que hay en nosotros.

Antiguamente dominaban las virtudes romanas las cuales eran: la dignidad; el estoicismo, el orgullo y hasta la muerte. Hoy las virtudes prevalecientes son morales y cívicas como:

Prudencia.- virtud de la razón; capacidad de decidir convenientemente con conocimiento de las consecuencias futuras.

Tolerancia.- Es el amor y respeto que debemos a los demás.

Paciencia.- es la más heroica porque a veces dura toda la vida.

Perseverancia .- Hace que todas las demás den frutos.

Gratitud.- La madre de muchas.

La sinceridad.- es la raíz de todas.

El respeto.- Es la llave de la aceptación.

La humildad.- La más grande joya que brilla como estrella.

El compromiso.- engendra grandes oportunidades para ayudar.

La integridad.- Virtud de la prosperidad, se hace acompañar de múltiples bendiciones.

Castidad.- Todos estamos llamados a practicarla.

Tenemos también las Virtudes cardinales:

Templanza.- modera la atracción de los placeres, equilibra el uso de los bienes, domina la abstinencia, castidad, obediencia, instintos y deseos.

Justicia.- Es la reina ya que sostiene en su balanza la igualdad y la libertad.

Fortaleza.- en lo moral es la más heroica.

Caridad.-Verdadera solidaridad.

Las virtudes cívicas son resumidas en justicia, amistad y prudencia. Quien cultiva estas tres virtudes será el ciudadano perfecto y el que debe ocuparse de los asuntos de la polis. Para llegar a ello, parte desde el seno de la familia, pues la buena educación es el germen de muchas virtudes; debemos de procurárselas a nuestros hijos porque son más importantes que los bienes heredados.

La utilización adecuada de las virtudes nos hacen poderosos porque introduce el equilibrio entre el exceso y el defecto; todos somos capaces de practicarlas. Desde luego que es un buen negocio ser virtuoso porque es la llave para muchos escenarios. Dijo Sor Juana Inés de la Cruz: “procuremos mirar las virtudes y cosas buenas en los otros ya que ver lo malo no sirve para nada”. No es la forma de gobierno la que orienta nuestra Patria sino las virtudes de los jefes y magistrados puesto que las virtudes son más perseguidas por los malos, que amadas por los buenos.