Jimenezvivo
En un intento por recuperar un liderazgo desfalleciente, el presidente estadounidense Barack Obama habló ayer a la nación desde el estado de Illinois para hablar de la necesidad de volver a poner a la clase media en el centro de las prioridades y para culpar a los republicanos por la falta de acuerdos en asuntos urgentes como la reforma migratoria.
“En los últimos seis meses esta situación de parálisis ha ido a peor”, aseguró el mandatario, al reconocer que un creciente número de legisladores republicanos han comenzado a hacer algo al respecto, como apoyar una reforma migratoria que se traducirá en beneficios cercanos a los 300 mil millones de dólares en los próximos 10 años. “Pero aún hay una facción de republicanos en la Cámara de Representantes que se oponen incluso a someter a voto estas iniciativas”, añadió Obama al arremeter contra el sector más conservador del Partido Republicano.
El mensaje del presidente se produjo en momentos en que sus índices de popularidad se encuentran bajo mínimos y su relación con la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se torna cada vez más ríspida por los escasos avances en proyectos como el de reforma migratoria.
A pesar de que el presidente ha encontrado el creciente apoyo de distintos barones del Partido Republicano, como el senador por Arizona, John McCain, el movimiento del Tea Party se ha enrocado en la Cámara de Representantes para frustrar a toda costa la agenda de Barack Obama.
En un rápido recuento de lo ocurrido en los últimos cinco años, el presidente habló del estado calamitoso de la economía cuando llegó a la Casa Blanca, cuando “la burbuja había estallado” y la destrucción de puestos de trabajo era de 800 mil al mes.
“Cinco años después, estamos de nueva cuenta de pie. Estados Unidos ha encontrado su camino de regreso. El sector privado ha creado más de 7 millones puestos de trabajo. Hoy en Estados Unidos se fabrican más coches Honda que en todo el mundo”, señaló Obama al reconocer, sin embargo, que el avance ha sido lento y doloroso, con una clase media que sigue sin recuperar los suficientes puestos de trabajo y con un ingreso per cápita que ha retrocedido a niveles de 1999.
“En este ambiente es urgente recuperar el crecimiento y evitar un modelo económico que se ha basado en la iniquidad en la distribución”, aseguró el presidente, al insistir en la necesidad de que los republicanos insistan en obstaculizar las iniciativas de reforma fiscal o migratoria que son buenas para la economía.
Además, les acusó de preferir montarse en los escándalos —como el atentado terrorista en Bengasi, el espionaje a la agencia AP y el polémico papel de la Agencia Tributaria en la fiscalización de grupos conservadores—, antes que trabajar por el bien del país.
El mensaje de Obama, en el colegio de Knox de la localidad de Galesburg, Illinois, busca recuperar la iniciativa en momentos en que la Cámara de Representantes insiste en cerrarle el paso a iniciativas de ley que permitirían escapar de un empantanamiento en la economía y, de paso, resolver la situación de 11 millones de indocumentados que permanecen en el limbo.
“Si ustedes les preguntan a los republicanos cuál es su agenda económica, les dirán que poner un alto al gasto excesivo e irresponsable del gobierno. Pero es un hecho que los republicanos se han opuesto a realizar recortes que son buenos para nuestras fuerzas armadas, para ayudar a los más necesitados y reducir el déficit”, dijo Obama en lo que fue un evento lo más parecido a un acto de campaña.
Nada más conocer el contenido del mensaje de Obama, el líder de la mayoría republicana, John Boehner, consideró que “nada de lo dicho por el presidente es nuevo”. El líder de la mayoría republicana, quien ha sido incapaz de producir una iniciativa de ley de reforma migratoria, consideró que sólo con palabras Obama difícilmente va a cambiar la mentalidad de millones que hoy comprueban que los logros del presidente se reducen a “casi nada”.