Si bien un tatuaje luce mucho mejor que una costra, es también una herida. Como cualquier tajo, raspón o perforación en la piel, tiene riesgos de infectarse o provocar una enfermedad.
Un tatuaje es una herida punzante en las capas profundas de la piel, que se llena con tinta.
Los tatuajes son profundos: la tinta no se inyecta en la epidermis, capa superior de la piel que cambiamos a lo largo de toda la vida; sino en la dermis, segunda capa de piel cuyas células son muy estables; por lo tanto, el tatuaje es prácticamente imborrable.
Las señales de infección incluyen enrojecimiento o sensibilidad excesivos alrededor del tatuaje, sangrado prolongado, pus, o cambios en el color de la piel alrededor del tatuaje.
Si no vas a un estudio para tatuajes o si el estudio para tatuajes no toma precauciones como utilizar equipo esterilizado, o si comparte la tinta entre clientes, estás en riesgo de contraer infecciones virales, como hepatitis, infecciones cutáneas bacterianas o dermatitis (irritación severa de la piel).
Como para hacer tatuajes debes colocarte inyecciones debajo de la piel, puedes contraer virus como el VIH, y la hepatitis B y C si no se toman las precauciones adecuadas.
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