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EL CARNAVAL

En una sociedad donde se exaltan los delitos, rebeldías de todo tipo, desórdenes cívicos y morales, es falto de cultura y conocimiento el promover un carnaval ó mejor significado “FESTIVAL DE LA CARNE”. Sabemos que todo carnaval hace apología o alabanza al mercado y adicción a la carnalidad; a la lujuria, a la fornicación, a la incontinencia, al desenfreno. al alcoholismo, la drogadicción y sobre todo a la degradación de la mujer al reducirla a un simple objeto de placer carnal y visual.

Más que nada “El carnaval parralense de la primavera” fue un capítulo más del sistemático desgarramiento de nuestros tejidos sociales tradicionales; una promoción a la acción de pasiones y vicios de bajo nivel no combatibles. Así como culto a espíritus de dudosa índole y además un desorden público ya que por todos lados hubo quejas vecinales debido a los escándalos de ebrios, a la basura, orines y acaparamiento de estacionamientos.

Muchos políticos piensan haber hecho el gran descubrimiento que vino a cambiar los paradigmas tradicionales, creyéndose conductores espirituales. Sí, desgraciadamente desde hace mucho a México lo están pudriendo sus gobernantes con el ejercicio de un poder lleno de ejercicios primitivos. Nuestros políticos nos están llevando en una marcha ciega llena de tácticas baratas, sembrando entre nosotros acciones que solo empañan un ambiente de bien. Lo descifró Dante Alighieri en su obra <La Divina comedia> manifestando que los 3 vicios del hombre de bajo nivel son la incontinencia, la bestialidad y la avaricia; y las 3 fieras son la lujuria, la soberbia y la codicia. Eso lo promueven abiertamente solo porque al pueblo hay que darle pan y circo.

Para cambiar una cultura, hay que cambiar el modo de pensar, y para cambiar el modo de pensar hay que cambiar el modo de actuar y de hablar. Nuestras acciones y pensamientos son totalmente moldeables; hay formas que nos alejan del buen actuar y nos acercan al mal vivir. Así vamos pasando a una vida errática siempre orientados inconscientemente por el ambiente en el que andamos. Las alturas ó las bajezas, la incontinencia ó la templanza dependerán de nuestra experiencia, pensamientos, hábitos y costumbres con las que convivamos.

La incultura social que demostramos al guardar silencio frente a males como éste, e incluso no faltan, por supuesto quienes emocionados e impresionados aplauden rabiosamente; nos

está llevando más y más al deterioro social. También dijo Dante “Que los cobardes y los indiferentes están en el vestíbulo del infierno”.

No deberá extrañarnos que proliferen aún más los delitos como violaciones , abusos de menores , adulterios y crímenes pasionales, incluso no es de sorprender que resulte más promiscuidad entre hombres y mujeres, más embarazos no deseados, abortos, madres solteras, padres irresponsables, niños de la calle, viciosos, vividores y demás.

Conocemos que las organizaciones fluyen bajo la influencia del jefe, éste comunica el estilo en función y la esencia que el poder le transmite. Por lo tanto, ellos son los primeros obligados en promover la ganancia de valores que tienen que formar parte de los pensamientos de todos no andar haciendo expresamente lo contrario. Y pensar que dicho carnaval lo pensaban hacer casi en plena Semana Santa.