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EDITORIAL SEMANAL DE ANTONIO CANO: DECRETO MEXICANO Primera parte

Aprovechando que desde el 2007 entramos en la era de la razón y el conocimiento de la verdad post-moderna y que va acercándose el fin del sistema económico y político que apresa al hombre, explota y le impone un yugo inconcebible según los cósmicos; conviene que centremos nuestra energía en este jaque universal y ratifiquemos el cambio necesario decretando lo siguiente:

“Fin a las tácticas políticas perversas y la falta de apoyo a los ciudadanos ; fin a las leyes equivocadas que facilitaron la proliferación de toda clase de delitos y abusos; a los caminos sin ley y fin al 98 % de la impunidad generalizada como única consecuencia; lo cual permitió al crimen llegar a exhibirse impunemente en las calles”

Terminó la doble y triple moral de los 30,000 comunistas que manejan el desgobierno de los mexicanos. Fin a su maromeo, a sus falsas y teatrales declaraciones en búsqueda de credibilidad; fin a la pobreza multidimensional extrema, fruto de sus desfalcos, derroche, absolutismo y ambiciosa depredación. Y cárcel a los que sacaron la espada del poder contra el derecho ajeno y el respeto a la patria.

Se avizora la caída del poder primitivo post-revolucionario; más que nada anti humanista y voraz. Pronto llegará a su término la corrupta política del engaño y desgobierno diabólico. Fin a la política del miedo y su influyente odio y desprecio a quienes piensan diferente. Fin al partidismo esclavizante que cree tener derechos de propiedad sobre sus adeptos que hasta marca acuñada les impusieron cual si fueran productos seriales de fábrica mundana con el consecuente envilecimiento de su dignidad e inteligencia.

Es hora de que empecemos a salir de nuestro pequeño mundo. Fin a nuestro silencio, resignación y falta de esperanza. Tenemos que hacer constar nuestra enérgica condenación. Fin al clima cultural tan poco favorable; a los programas de radio ó televisión vulgares nocivos para la salud social. Fin al ejercicio de la indolencia e indiferencia que padecemos al habernos mantenido relativamente inactivos frente a ésta pérdida de valores, lenguaje soez y costumbres perversas apoyadas por un sistema educativo extraviado.

Deberá distinguirnos la verdad, el bien y los valores; la iniciativa, el carácter, la pro actividad y la lucha sin tregua por las causas que sabemos necesarias. La Patria se forja con lucha y trabajo diario.