La copa escondida en una caja de zapatos
La primera copa que se puso en juego en el mundial de fútbol, allá por 1930, se llamaba Victoria y fue esculpida por el artista francés Abel Lefleur. Tenía la figura de la diosa griega Nike, y fue muy codiciada. Al llegar la Segunda Guerra Mundial, en 1939, el trofeo estaba asegurado en la caja de seguridad de un banco romano, pero aun así, corría peligro frente a las tropas nazis, que querían hacerse de tesoros. Para mantenerla a salvo, el presidente de la Federación Italiana y vicepresidente de FIFA, Ottorino Barassi, la retiró del banco de forma secreta y la llevo a su casa, donde la guardó nada más y nada menos que dentro de una caja de zapatos, debajo de su cama. Cuando la guerra terminó, la copa, a salvo, fue rebautizada con el nombre de Jules Rimet, en homenaje al Presidente de la FIFA.
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