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EDITORIAL SEMANAL ANTONIO CANO: LA PRUDENCIA

He aquí la importancia de esta virtud moral; según el diccionario de la lengua española la señala como medida, cordura, seso, juicio, sensatez, discernimiento, aplomo, reserva, discreción, previsión, cautela, astucia, cauto, avisado, previsor, preparado, anticipado, juicioso y reflexivo entre otros conceptos más, por el lado del latín prudens, significa << conocedor, experto, cauto; el que mira delante de sí, y toma sus medidas>>.

La prudencia es la virtud de hablar y actuar de forma justa, adecuada y con cautela; es ver previamente y adelantarse a los acontecimientos; medir las consecuencias antes de obrar. Es la clave de la relación con el prójimo y la compañera inseparable que debe examinar nuestros pensamientos y actitudes pues designa la cualidad máxima de la inteligencia. Nos ayuda a edificar nuestra personalidad, nuestro actuar y nuestra formación moral, ya que es la virtud que perfecciona nuestro intelecto y nos orienta hacia un fin bueno.

El hombre prudente es reflexivo, atiende cada cosa sin descuido; pide consejos pues requiere de experiencia. Si vas a ser sincero, sé prudente pues hablar es fácil, pero callar requiere de prudencia y de domino, por eso hay que reflexionar que las palabras sean más importantes que el silencio a romper. Las sagradas escrituras en proverbios 16:23 nos dice que el sabio de corazón habla con prudencia y a sus labios añade sabiduría.

No hay sabiduría sin prudencia; no mires hacia atrás con ira, ni hacia adelante con miedo sino alrededor con atención, pues la valentía que no se funda sobre la prudencia se llama “temeridad” y el valor es hijo de la prudencia no de la temeridad. <El valor es después de la prudencia>. Dijo Salomón que nunca se aparte de tu lado porque será vida para tu alma y adorno para tu cuello.

La imprudencia se traduce en rabia que hace mal a la salud; en rencor que daña el hígado y cólera que petrifica el corazón. Debido a la falta de ésta gran virtud tenemos Doctores que destruye la salud, Abogados que destruyen la justicia; Políticos que destruyen la Polis, Gobierno que destruye la libertad, escuelas que destruyen el conocimiento y prensa que destruye la información.

Por otro lado, todo tiene riesgo, la certeza absoluta no existe, por lo cual la prudencia es un arma de doble filo porque por un lado te mutila y te corta las alas porque te evita

emprender riesgos y actuar con ilusión y fe por lo cual es necesario pedirle profundamente a Dios discernimiento y actuar correcto.