Jimenezvivo
Muy en boga está la figura de los candidatos independientes, sin duda otra conquista ciudadana gestada desde el 2004 pues por décadas la partidocracia se adueñó del poder impidiendo el acceso a gente sin servilismo partidista. Aunque para ser correctos el grueso de la población no se adhería por el mal historial de miembros, malos compañeros o malas actitudes de sus integrantes. Sin embargo grandes mayorías continúan sumándose a éstos cárteles políticos a pesar de todo.
Nuestra cultura es señalar lo malo, pero necesitamos precisar a detalle aquellos asuntos que son nocivos para la humanidad. Y es tiempo que nos demos cuenta del impacto que provoca esta conveniencia personal, pues representa el robo del presente y futuro de millones de seres humanos sumidos en la peor de las pobrezas tanto económica como moral y culturalmente hablando.
El término de dependientes aplica crudamente a todas aquellas personas en cierta forma tullidas de sus capacidades personales que se ven imposibilitados en lograr honradamente su triunfo personal en ésta vida y tienen que mantener consciente o inconscientemente intereses insanos con los gobernantes.
Éste tipo de personas no sólo son los aduladores partidistas que aplauden rabiosamente todo; si no que también son aquellos empresarios que a la sombra de componendas, tráfico de influencias o apoyos en campaña logran adjudicarse obras millonarias supuestamente licitadas; son igualmente ésas personas que entablan diversos negocios pero múltiples con el poder y también el agricultor o ganadero que por conveniencia personal engrosan filas sin importar que a quien adulen sea un tipo sin entrañas o de la peor ralea cívica que puedan encontrar.
Los dependientes también son ése empleado o burócrata temeroso; ése comunicador, periodista, analista o editorialista que vende su pluma y su conciencia fallando al fundamento que le dio origen, lo cual es informar en forma ética y oportuna a la sociedad.
Los dependientes son esas personas que necesitan una beca, apoyo, cobijas o despensas caducadas y tóxicas, o los que reciben de alguna forma ayuda seguida del gobierno simplemente a cambio de aplausos, votos y no señalar errores.
Debemos hacer todo lo posible por disuadir a nuestros compatriotas de seguir cometiendo tal ilegalidad ya que provocan mucho mal al País; además un egoísmo extremo y ambición insaciable en los gobernantes; más en general pérdida de valores, depravación social y demás hechos en contra del verdadero progreso cívico .